Si creían que el género de los extraction shooters ya había alcanzado su límite, preparen sus nervios de acero porque hoy toca hablar de ARC Raiders. El equipo de Embark Studios (veteranos que saben un par de cosas sobre crear caos y destrucción visual) nos trae una experiencia que, sinceramente, no es apta para cardíacos.
He estado probándolo en PC (también está disponible en PS5 y Xbox Series) y vengo a contarles por qué este viaje al "Rust Belt" es una de las experiencias más tensas y gratificantes del año.
Bienvenidos a un mundo hostil
La premisa es clásica pero efectiva: tras una invasión robótica, la humanidad vive bajo tierra en una ciudad llamada Speranza. La superficie ha sido reclamada por los ARC, máquinas despiadadas que patrullan y disparan a todo lo que se mueve. Tú eres un Raider, un carroñero que debe subir a la superficie, recolectar recursos y volver a bajar. Suena sencillo, ¿verdad?
Pues no. Tu primera partida probablemente termine mal. Muy mal.
El mundo exterior es despiadado y presenta dos grandes amenazas:
Las Máquinas (ARC): Desde drones voladores hasta robots blindados que absorben balas sin inmutarse. Si no apuntas a sus puntos débiles, estás perdido.
Los otros Raiders (Jugadores): Aquí entra el factor psicológico. ¿Ese otro jugador te ayudará? ¿Te ignorará? ¿O te disparará por la espalda para robarte tu botín? La incertidumbre es total.
La tensión de sentirse vulnerable
Lo que ARC Raiders logra magistralmente es hacerte sentir pequeño. Empiezas con un rifle básico ("Rattler") que tiene mucho retroceso y tarda una eternidad en recargar. Esto te enseña la lección más importante del juego: el sigilo y la precaución son tus mejores aliados.
Te moverás por el mapa con el corazón acelerado, escondiendo tu arma y escabulléndote con extremo cuidado. El apartado visual es impresionante, obligándote a distinguir si esa luz naranja a lo lejos es un hermoso atardecer o el cono de visión de un robot letal.
El sonido: Tu herramienta de supervivencia
Debo hacer una mención especial al diseño de audio. Es simplemente una clase magistral. Jugar a esto sin audífonos o con el volumen bajo es un error fatal.
El zumbido de las aspas de un dron.
El "bip" que indica que un enemigo te ha fijado.
El sonido distante de una bengala (que señala a un jugador caído... y una oportunidad de botín, si te atreves).
Escuchar es tan importante como ver. El juego te da pistas sonoras constantes sobre amenazas y oportunidades. Ignorarlas puede costarte la partida.
La agonía de la extracción
Como buen extraction shooter, nada de lo que hagas importa si no logras salir con vida. Hay cuatro puntos de extracción en el mapa, pero activarlos alerta a todos en la zona. Debes esperar 30 segundos interminables mientras las sirenas suenan.
Esos segundos finales, con las puertas cerrándose, los cohetes de los ARC golpeando el blindaje y la duda de si el extraño que entró contigo al ascensor te traicionará en el último instante... es pura adrenalina. Ver las palabras "Returning to Speranza" (Regresando a Speranza) genera un alivio inmenso.
Speranza: La calma (y la gestión) antes de la tormenta
El único punto que podría dividir opiniones es lo que sucede entre misiones. Speranza, la base subterránea, es esencialmente un laberinto de menús. Gestión de inventario, venta de chatarra, fabricación... A veces se siente un poco administrativo. Aunque, pensándolo bien, quizás esa pausa metódica es necesaria para bajar las pulsaciones antes de volver a salir al peligro.
Veredicto preliminar
ARC Raiders es tanto un juego de supervivencia como de terror. Te obliga a gestionar tu inventario bajo fuego, a tomar decisiones de vida o muerte en milisegundos y a no confiar ciegamente en nadie.
Si les gusta la tensión extrema y no les molesta el riesgo de perder todo su equipo por un error (o por un francotirador lejano), este es su juego. Nos vemos en la superficie, y si me ven... ¡por favor, no disparen!
¿Alguno de ustedes ya se animó a probarlo? Cuéntenme sus historias de extracciones milagrosas (o fallidas) en los comentarios.
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